viernes, 15 de enero de 2010

esto va a ser cosa del demonio

Y por si fuéramos pocos munillas, parió la abuela yankee.
Según Pat Robertson, uno de esos iluminados que bajo el calificativo de reverendos lavan el cerebro a millones de evangelistas semianalfabetos en la primera nación del mundo, la (mala) suerte de Haití tiene una fácil explicación que, además, sirve también para entender el por qué este país fue el primero del mundo en librarse de la esclavitud impuesta por la metrópoli rancesa. Su pacto con el diablo. Así lo declaró en su programa en la televisión evangelista CBN: "Le dijeron, te serviremos si nos libras de los franceses y así fué. El demonio les dijo: trato hecho." De lo que podemos entender que en su pecado oriinal, el querer librarse de la esclavitud, viene su penitencia. En la cual está, claro está, las décadas de dictadura a cargo de los Duvalier (padre e hijo, conocidos como Papa Doc y Baby Doc), mezcla de militares, santeros y psicópatas cuyos regímenes fueros sostenidos a que no adivinan por qué gobierno.



La contestación a semejante análisis vino por parte de la Casa Blaca, del, a veces, muy locuaz portavoz Robert Gibbs: "nunca deja de sorprender que en momentos de gran sufrimiento humano siempre hay alguien que dice algo tan estúpidó."

Unas palabras que, por otra parte bien podrían aplicarse a nuestro Munilla, aunque hoy, al prelado de San Sebastián le tocó pedir disculpas después de acusar a los medios de haber malinterpretado sus palabras.
La estupidez se cura viajando. O en su caso leyendo. Por ejemplo, El reino de este mundo, de Alejo Carpentier. Sobre Haití y sus pactos.

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