jueves, 25 de marzo de 2010

funcionarios



No tengo nada en contra del sistema funcionarial. Considero de mala educación criticar a alguien que ha conseguido el pan para sus hijos o la coca para su tabique después de años de meterse en vena cientos de páginas con normativas legales varias de riguroso complimiento sobre el papel y dudosa utilidad en la vida real. Los admiro. Reconozco que yo, incostante y desordenado como soy en mis lecturas, sería incapaz de pasarme meses memorizando el contenido de unas hojas recogidas en espiral. Toda una metáfora de la vida del opositor.

Sí lo tengo contra algunos funcionarios -más de los necesarios- que, una vez consiguen su plaza en la sacrosanta Administración, cuyo funcionamiento sigue siendo uno de los misterios mejor guardados a costa de despilfarrar parte de los impuestos de todos (que conste que no estoy en contra de pagar impuestos, pagamos pocos y así nos va), olvidan para qué se han pasado años estudiando.

Sobre todo, tengo prejuicios contra aquellos ventanilleros que sin haber leído a Larra hacen del vuelva usted mañana una guía vital. Que hasta parecen decir, tras el mostrador y con mirada desafiante, haber hecho una oposición, no te jode. También me revientan, por ejemplo, los profesores que se quejan. Una falta de respeto quejarse cuando se tienen alrededor de tres meses de vacaciones al año más fines de semana, puentes y fiestas de guardar. Creo que, en su caso, el lamento debería de ser motivo de inmediata expulsión en busca de los restos de Napoleón a Santa Helena. Me refiero a quejas del tipo tú no sabes lo que es lidiar con 25 pequeños hijos de puta todos los días, un estrés, que no pueo más, vamos, es que ahora a los críos no hay quien los aguante, son animales. No son animales. sí, son inaguantables. Pero por eso son críos. Así fuimos y así serán y al que no le guste, haber estudiado una oposición para ventanillero, no para educador. En cuanto al estrés por aguantar a 25 pequeños hijos de puta, qué quieren que le diga. Siendo periodista he tenido que aguantar a más número de hijos de puta, día a día, alguno de ellos, incluso, todas las mañanas, y no me he quejado al sindicato ni le he echado el estrés encima de la caña a los colegas en el bar. En todos lados hay hijos de puta y hay estrés. Claro que los hijos de puta y el estrés son siempre mejores de llevar con 1.700 netos (mínimos) al mes, más tres meses de vacaciones más fines de semana, puentes y fiestas de guardar.

Hay un tercer tipo de funcionario al que, en el fondo, le tengo compasión. Es aquel a quien te dirijes con una pregunta y se te queda mirando con cara de padecer una tara mental grave para acabar contestando, pues la verdad es que no lo sé. Coño tu trabajo es saberlo y si no, decirme donde puedo encontrar la respuesta. Pero eso es demasiado pedir. Más si la hora del café está cerca. En ese caso a la cara de padecer una tara mental grave le acompaña un evidente nerviosismo a la par que enfado mientras se pregunta, por qué a mi, al ver como sus compañeros abandonan sus puestos camino ya de la sala del café.

Finalmente está el funcionario contradictorio. El que dice una cosa que será rebatida inmediatamente por su compañero en la siguiente ventanilla con lo que uno acaba por pensar si se ha colado en el castillo de Kafka o sigue en la misma ciudad en la que se levantó esa mañana. Me pasó en el INEM, lugar donde últimamente y sin que yo lo pretenda ocurren innumerables aventuras.

Hace una semana fui a preguntar por las opciones que tengo para fichar el paro.
Me aventuré a decirle que iba a salir de viaje el 27 de marzo y no pensaba vuelver hasta el día 1, con lo que no podía fichar en l día señalado.
La alegre ventanillera respondió con un largo uffffff, para después preguntar. Estas cobrando?
Si.
Nuevo ufff. Pues tienes que avisar eh?
Como?
Sí, Sí, claro es que estás obrando y te pueden llamar y tienes que venir desde donde estés.
Coño, dije, sabía que estaba en el paro pero no en libertad condicional.
La algre ventanillera esbozó una sonrisa. Es que estás cobrando.
Si, dije, mi dinero.

En ese momento, un compañero de ventanilla tuvo su momento de esplendor diario y terció en la conversación sin que nadie le diera vela en el entierro.
Tú, se dirigió a mi en marcado tono de suficiencia con el que recalcaba cada palabra que salía por su boca. Cuando estás en una empresa te marchas dos meses sin decir nada?
Ahí comencé a alucinar. Reconozco que me pongo borde en lo que Alonso adelanta a Massa en la primera curva y, sin pensar, me salió eso de perdona pero no estaba hablando contigo. Además, creo que el paro no es una empresa.
Sí, si lo es, ahora es tu empresa, dijo el tipo. Es la que te paga.
No, no es una empresa y además el dinero que cobro es mío, creo reordar, dije. Además... lo que quieras, no estaba hablando contigo, insistí, mientras pensaba vete a tomar por el culo gilipollas y volvía a mi ventanillera original.
Esta, que se mantuvo en silencio mientras duró nuestro lance, comenzó a hablar de nuevo. Haber, en teoría hay tres. La primera es que vengas aquí en el día señalado.
Y si no puedo?
Tienes que venir, dijo ella, sin derecho a réplica. La segunda es que te hagamos la huella digital y puedes ir a tu Concello a pasar revista. Pero es un poco lioso y tienes que coger número.
Ya. Pero si tengo que ir al Concello lo mismo me da venir aquí.
Y la tercera es por Internet. Pero claro, a veces no funciona, ya sabes, dijo. No, no lo sé o funciona o no, en esas cosas no hay término medio. A ver dime tu DNI y tu email, añadió la alegre ventanillera. Y que tengas suerte.
Me fui.

Volví al paro esta mañana. Como si nada hubiera pasado. La misma alegre ventanillera.
Perdona, tengo que fichar el lunes que viene pero no va a poder ser porque esteré de viaje y no vuelvo hasta el jueves.
A ver, déjame tu DNI porque igual podemos hacerlo ahora y ya está.
Cómo, pensé, ahora, antes de la fecha señalada? Callé, no fuera a joderla.
La alegre ventanillera tecleó, metió el DNI y dijo: Ya está. El sistema te lo ha aceptado, y puso el matasellos en el papelito que marca las fechas en las que tengo que fichar. Hecho, hasta dentro de tres meses. De todas maneras, añadió, si estás cobrando y vas a viajar tienes que avisar. Oye es una recomendación yo lo haría, por si te llaman, no vaya a ser, tú haz lo que quieras.
Bueno, contesté, para eso estoy aquí, para avisar. Donde aviso, dije sonriendo.
Coge número.
El subnormal de la semana pasada estaba en el mismo sitio. Pero en esta ocasión, supo mantener la boca cerrada. Estaba haciendo unas fotocopias. Hay gente a la que le cuesta hacer más de una cosa a la vez.

Cogí número y esperé. Llegó mi turno y me senté en la mesa indicada.
Hola, dije, es que voy a viajar unos días y me dijeron que tenía que avisar.
La funcionaria de mesa se tocó el cabello. Bueno...y? pregunto, qué más?
No sé, contesté, su compañera suya me dijo que había que avisar, y cito palabras textuales. Yo sabía que estaba en el paro, no en libertad provisional, acabé. No suelo ser ingenioso por lo que cuando me sale una frase decente tiendo a repetirla. Todos tenemos nuestras limitaciones.
La mujer se rió. No, hombre, no. Eso es para cuando te vas una temporada larga al extranjero, no para unos días fuera de la ciudad. Además, no creo que te lleguen muchas ofertas en semana santa.
Y yo, con cara de tonto, no supe qué decir más que bueno, pues entonces me voy y buenos días.


martes, 23 de marzo de 2010

de cando en vez, cando mo piden, aínda xogo a ser xornalista (II)


Tarantino na Casa Branca

Para ter unha mínima idea do suposto pola votación do pasado domingo basta con citar dúas anécdotas que aínda que circunstanciais, poden dar unha boa medida do que estamos a falar. A primeira ten que ver con Flaco, marido dunha amiga que reside en Michigan. Hai un par de anos rompeu un brazo xogando ó fútbol (o normal), algo polo que pasaron, por exemplo, case todos os cativos algunha vez. A factura do brazo roto que precisou de paso por quirófano nunha intervención de non máis de media hora foi de 10 mil dólares. Daphne, muller de Flaco, obviou o feito de ter seguro médico e, crente como é, simplemente lle deu grazas a Deus. A segunda anécdota circula estes días polos foros da ultradereita republicana estadounidense. Disque volveu o comunismo e está a campar ás súas anchas por EEUU, tanto que até The Wall Street Journal editorializou sobre o advenimento dun sistema sanitario soviético. (...)

Seguir lendo Tarantino na Casa Branca en Vieiros.

martes, 16 de marzo de 2010

hacerle caso a Papá


Desde aquel 7 de febrero de 2009, cuando decidió despertar de su letargo y hacer una pausa entre cubata y partida de golf, espero ansioso cada nueva carta de Papá a los Pobres Gallegos Desvalidos y Analfabetos. La última, el pasado domingo. En ella, don Santi, vuelve por sus fueros paternalistas de qué sería de vosotros sin gente como yo para llamar la atención sobre la hora capital en la que se encuentra la Galicia de sus amores, que viene siendo algo así como su Galicia a su imagen y semejanza. Vamos pués a desengranar algunos párrafos de su prosa decimonónica. Por pura diversión.

"Está aún reciente la entrega a capital foráneo de nuestros recursos energéticos y nuestros ríos a cambio de nada."

La primera en la frente. Hombre, don Santi, usted mejor que nadie como gran empresario y benefactor de Galicia debe recordar cuál fue el destino de aquel intento de crear un grupo energético gallego. De aquella, tanto en Madrid como en Santiago había gobiernos amigos. Y usted no dijo nada. Y más recientemente fue usted el que no paró hasta tumbar un reparto eólico que dejaba el viento en manos de empresas netamente gallegas con un control público porque a usted le dejaron sin pedazo de pastel. Tantos cubatas... la memoria, ya se sabe.

"La fascinación por el dinero fácil las ha llevado a empeñarse en exceso en la burbuja inmobiliaria, y la falta de perspectiva les ha hecho desorientarse en gastos inapropiados -como se ha visto hace unos días con grandiosas inauguraciones en tiempos de grave crisis-, en lugar de centrarse en los fines de desarrollo, educación y compensación social que justifican la peculiar existencia de estas instituciones.
"

Con fascinación por dinero fácil quiero pensar que se referirá al gusto de su amigo Méndez por jugarse los ahorros de sus clientes en la bolsa y en la burbuja, lo que no pocos problemas ha causado a la caja que don Santi defiende a capa y espada. Bueno, vaya, y después le parece mal la inauguración del centro social de Caixanova en Cervantes. Mira que tonto Gayoso, ocurrírsele hacerlo en Santiago y no en Coruña. Parece mentira que, a estas alturas, el Gaiás no haya servido de escarmiento.

"Pasarán a estar al servicio de entidades sin ninguna vinculación ni compromiso con Galicia. Así, los emprendedores, los autónomos, los empresarios, los trabajadores y en general todos los ciudadanos que abran una cuenta o pidan un préstamo podrán ser clientes de muchos gigantes de las finanzas, pero ninguno de estos estará comprometido con ellos y sus empresas."

Obviamente, ahora los emprendedores, autónomos, empresarios, trabajadores y en general todos los ciudadanos entran a una oficina de una caja gallega y les sale el director a poner la sucursal a sus pies. Claro, que no se les ocurra ir a pedir pasta para una hipoteca. En ese caso siempre está La Caixa o el Santander. Pero estos, ya se sabe carecen de compromiso con Galicia. No así CaixaCoruña y Caixavigo, que regalan dinero a expuertas en esta tierra sin mirar su cuenta de neneficios.

"La necesidad de fusionar las dos cajas gallegas, por tanto, no es una alternativa más, sino una cuestión de supervivencia de nuestro sistema financiero. Si no se hace, este prácticamente desaparecerá".

A ver que me entere yo. Sistema financiero gallego. La gran falacia de todo este embrollo. Galicia no tiene sistema financiero por mucho que políticos y padres de la patria como don Santi. Por no tener no tiene si capacidad de acción sobre los impuestos que pagan los gallegos, no existe una Facenda galega --y no me refiero a una conselleira cuyo mayor mérito es su supuesto sex-appeal entre el gremio--, como sí la hay en otras comunidades con mayor pedigrí y peor mala hostia que la nuestra. Un sistema financiero exige, como mínimo, un órgano regulador y por el momento el único que hay es el Banco de España.

"El proceso no solo tiene la particularidad de hacernos ver qué poco duele Galicia en muchos corazones, sino que ha llegado a unos límites en que se está volviendo intragable hasta el asco."


Menos mal que el corazón de don Santi está ahí para dolerse ante la falta de duelo que hay en el de los demás. Asco, hay don Santi, hablar de asco nos llevaría a una larga, tendida y a lo mejor, dolorosa conversación.

"Pero aún ha sido peor el papel de la oposición. Porque, olvidando la obligación primordial de defender los intereses supremos de Galicia, ha valorado únicamente la oportunidad de dañar al contrario y hacerle morder el polvo en la lucha electoral. Y más patética es todavía la impostura de esta oposición cuando, para flagelar más a su rival, aprovecha que en esta legislatura el Gobierno central es de su color y lo usa como un cañón contra la Xunta".

Algo hemos avanzado. Por lo menos a Quin hoy no le cae la hostia procedente. Es posible que don Santi haya tenido un lapsus, la edad. Siempre nos quedará Pachi, al fin y al cabo es demasiado rural y eso nunca gustó en María Pita.

"Hay todavía más culpables de esta náusea. Uno, el alcalde que aprovecha enfermizamente la baza del localismo en su propio beneficio electoral, sin importarle siquiera lanzar peligrosos bulos que, si quien los propala tuviese más credibilidad, podrían haber generado graves quebrantos. Otros culpables son los que jalean enfrentamientos inventándose conspiraciones. Y sobre todo -hay que decirlo- los que callan. Todos los que callan, sea por desidia, por no significarse o por mantenerse incólumes en los rangos del amiguismo."

No tengo nada que objetar a que le pegue usted a Caballero. Él se lo ha ganado. Lo que ocurre es que a la hora de mirar a alcaldes bien podría usted echar un vistazo a lo que tiene en casa que tampoco es que vaya muy sobrado en eso de localismos. Claro, siempre hay localismos buenos y localismos malos, ya se sabe. Tdos somos iguales pero unos más iguales que otros. A los que callan, mi desprecio. No obstante ya se sabe cuál es el precio que usted le hace pagar a los que osan levantar la voz contra sus mandatos.
"Prácticamente nadie parece interesado en contribuir a vertebrar Galicia. Sin embargo, ahora que se pone de moda lo contrario, este periódico y esta casa consideran una feliz obligación mantener más vivo que nunca el histórico proyecto integrador que se resume en su título. Y lo harán, como hasta ahora, con la entrega de los más de trescientos periodistas que forman las catorce redacciones distribuidas por toda Galicia, y con el apoyo inmensurable de los integrantes de su fundación, depositaria del futuro del diario y muestra única de que es posible fundir los mejores talentos en favor de esta tierra. Ni ellos, ni este editor, ni las futuras generaciones podrán aceptar nunca que sean desdeñados los nobles intereses de Galicia."

Como siempre, la mamada de rigor. Este periódico y bla, bla, bla. Don Santi hace tiempo que dejó de tener un periódico. Algo así como desde la semana siguiente a la catástrofe del Prestige. Coño, hasta sacó una revista cuyo título hacía referencia a unas playas esplendorosas. Sí, de chapapote. Pero hay que pagar favores ya que después siempre habrá tiempo de cobrarlos.

La cuestión de las cajas es el embolao que menos interesa a la sociedad de a pie gallega. Es un tema que sólo interesa a los dos partidos políticos grandes que se pelean por su control, algo que no es nuevo, (o Bloque, meu pobre); a los empresarios a fin de cuentas sus empresas sobreviven de los préstamos de las cajas; y, sobre todo a sus empleados que de verdad viven de los sueldos. Estos últimos, como en tod, sin voz ni voto. Y, de seguro, los que, de una forma u otra acabarán perdiendo.

En este tema nadie ha mostrado una posición de valentía. Feijóo ha optado por el ventajismo y su discurso patriótico "por Galicia" es fácil de que se lo compre cualquiera. El problema es que, después de muchos años, uno tiende a sospechar cuando en el PP se ponen a hacer país. Si de verdad hubiera huevos, Feijóo ejercería de presidente y acabaría con localismos. Las cajas se fusionan y ni para tí mi para mi. Sede en Santiago y al que le pique ajos come. En ese caso, la carta de Papá a los Pobres Gallegos Desvalidos y Analfabetos sería digna de ser leída.

Hasta entonces, desde mi punto de vista, me importa un huevo lo que le ocurra a las cajas. Para empezar, me importa un huevo donde estén mis ahorros, lo único que me importa es que estén. Por lo demás, el compromiso con Galicia de una entidad financiera, no es más que literatura para quedar bien y salir en las páginas de los periódicos. O banca pública o nada. Una caja tiene el mismo sentido romántico que un ladrón de guante blanco, que ofrece limosnas a los pobres para lavar su mala consciencia. Lo que es insostenible e la existencia de unas cajas a capricho de políticos de turno que ejercen como contrapoderes nada fácticos y sí bien visibles. Si estamos en una economía de mercado y el capitalismo es el único dios ante el que no se puede pecar, sea. O, como decía un viejo amigo: Ou fodemos todos ou tiramos a puta ó río.

pelotas

Me pasa con el fútbol lo que con el tema. Que prefiero practicarlo en directo que verlo a través de la pantalla. Llámenme individualista si quieren. Creo que soy de naturaleza tranquila salvo cuando hay un balón de por medio. Me han expulsado tres veces. En dos de ellas le menté la madre al colegiado, ella, sin culpa ninguna de haber parido a un malnacido con gusto por los silbatos. En la tercera le abrí la cabeza al delantero de un equipo contrario. En mi descarga he de decir que hubo advertencia. A la próxima te abro la cabeza, le dije. No hizo caso e intentó rematar un córner y yo aproveché el balón dividido. Tres veces, siendo portero, es todo un logro. Recuerdo en otra ocasión a Txingurri Moledo, que hoy es cocinero en Fuerteventura pero que de aquella apuntaba al Roi como mejor bailarista mundial, cogiéndome de la pechera de vuelta a la portería gritando como poseso aquí el único que reparte las hostias soy yo. Acto seguido un tal Pimiento (al bautizar al fulano, el Roi tuvo uno de sus momentos de mayor lucidez, pero que nunca nadie comprendió) se comió parte del cemento de la pista del politécnico que en aquellos constituía uno de los polos de nuestros tiempos en en instituto. El otro eran las fiestas de barra libre de los viernes a 500 pesetas por cabeza. Pero esa es otra historia bien diferente que concluiría con el pie de Pet en una fuente pontevedresa.

Del fútbol, lo que más me gusta es su épica. Quizá por eso disfruté más esto que esto. Se me ponen los pelos de punta al ver Anfield y creo que sólo hay un dios verdadero que, como no podía ser de otra forma, peca de humano. Sólo lloré una vez por culpa del fútbol. Por culpa del fútbol, de un brasileño al que le temblaron las piernas y de un libre serbio que nunca jamás debió de estar allí. Me agarré tal berrinche que mi madre, que nunca entendió de cuestiones balompédicas y menos de romanticismo, me amenazó con castigarme lo que restaba de semana y mandarme a la cama con un par de reveses. Por el fútbol te vas a poner así, dijo, ni que tú comieses del, remachó, indiferente al hecho de que a la mañana siguiente era yo el único gallego que tenía que ir a clase en un instituto del barrio de San Pablo en Sevilla.

Años después cuando Galicia ganó la liga (juraría que ese fue el titular del día siguiente de LVdG) pero curiosamente no lo encuentro por ningún lado y sólo me sale este anodino) lo disfruté e un piso de San Pedro de Mezonzo, pero no fue lo mismo. Incluso me pareció fruto de la, a veces, obscena opinión de sí mismos que tienen los coruñeses. Unos años después me tocó vivirla en primera persona y acabé, no sin cierto sentimiento de culpabilidad, declarándome antideportivista. El tiempo todo lo cura y ahora considero un milagro cercano al de la multiplicación de los panes y los peces que el Dépor siga manteniendo un equipo en primera.

Hay un momento en la vida de todo nacido en este país en que tiene que tomar la gran decisión. Si no, otros la tomarán por tí. Barcelona o Real Madrid. En mi caso fueron las circunstancias y un 3-0 cantado por mi padre vengativamente mientras yo disfrutaba de un cálido y tranquilo baño con muñecos varios. Cada vez que un blanco acertaba a gol, mi viejo aparecía por el cuarto de baño desafiante. Ves, del Madrid, como tiene que ser, no del Barça. Una hora antes, mi padre se había tomado como una afrenta mi contestación y tú hijo qué vas a ser blanco o azulgrana. Yo con tres años para cuatro encontraba tremendamente aburrido la equipación blanca y me incliné por los colores. Fui azulgrana creo que durante tres horas en mi vida. Dejé de serlo cuando el colegiado puso punto y final a aquel 3-0 en el Bernabéu y mi padre volvió al baño. Ya hora qué?. Del Madrí, dije yo para darle el gusto. Allí murieron mis convicciones en cuestiones balompédicas. Después uno crece y lee y le entran los reparos. Incluso en algo tan irracional y arbitrario como es el fútbol. Hoy, no me disgusta que gane el Madrid pero sí me importa un huevo que la palme. A veces tengo sentimientos contradictorios. Me hace gracia y me da pena. No habrá más miércoles de Champions en casa de Carlos. La dictadura merengue no ofrece concesión alguna a partidos azulgranas.

Pude ser del Betis. Pero un vecino apareció antes, me llevó al fondo norte de Nervión y cerró cualquier futuro debate. Sevillista hasta la muerte. He visto a dios dar toques con una pelota de papel albal, a Suker enchufar uno de cada tres pases que recibía y a Zamorano hacerse pasar por futbolista para que llegara el Madrid, lo comprara sobrevalorado y se tirase meses sin meter un gol. En Nervión he visto a Robert Prosinečki llorar mientras la grada le gritaba feo para años después vestir su camiseta. Y allí he visto el mejor de los milagros. A Monchi pasar de ser el peor portero de la historia del fútbol a convetirse en el hacedor del equipo que es hoy. Y eso, pese a los ataques de ansiedad de Manolo Jiménez. Son estas cosas raras las que hacen del fútbol un deportespectáculo apasionante. Incluso para un tipo que desde jugador siempre estuvo en un ambiente hostil como Guardiola.

sábado, 13 de marzo de 2010

la lengua de A.


Que Arcadi Espada es un tipo que se gusta a sí mismo es casi una obviedad. Arcadi Espada o mejor podríamos decir quintaesencia del periodismo con mayúsculas, esto es lo que Arcadi Espada diga, escriba, piense o sueñe por que así es él la mitad de las veces A. E. ya que lo mismo cita a Camba que a Pla, como si no hubera habido más juntapalabras en este mundo, y sus escritos rivalizara en infalibilidad con la Torá para los judíos o la Biblia para el Santo Papa Vaticano; básicamente Arcadi para los amigos (huelga de cir que no es mi caso pero estoy seguro que me permitirá la licencia) o simplemente A, una inicial como el J. a quien le escribe casi a diario su jugosa correspondencia, en lugar de escribir hace tiempo que pontifica Él mismo es una obra de arte y asi se mostró en el programa del "amable Carlos Luis" hace poco. Porque Arcadi, él lo vale, es el onanismo personificado aunque, desde hace tiempo, gran parte de lo que escribe no pasa de ser una simple y llana mierda. Hace ruido al caer sí, que mancha y huele como la mierda pero que no es más que mierda.

Y, antes de nada, decir que no me refiero a sus polémica posición sobre otra polémica y tiro porque me toca, el lío sobre el gentilicio "gallego" en boca de Rosa, de su pelea con Julia o su postura esnobista de situarse por encima del bien y del mal incluso antes de haberse tomado el primer café de la mañana, cosa que ni siquiera yo, que lo suelo tener subido, soy capez de hacer. Cuestiones del anonimato, supongo. Ya lo he dicho antes, el lío montado apartir de la torpeza de una torpe, lo de gallegos y sentidos peyorativos, me parece una estupidez sin la mayor mayor importancia que se curaba tomando las cosas de quien vienen, otra cosa que los políticos andes después a liar la pediz vía comunicado, pobres que se aburren. El problema es que de unos polvos llegan estos lodos y uno acaba e tpor tener quoparse con semidioses onanistas como A. a quien hay que acabar leyéndole cosas como esta: En fín... que leo en Arcadi Espada:

"Es obvio que hemos retrocedido, inmensamente. A ver quién en esta Galicia se atrevería al sarcasmo de escribir que el gallego es un castellano mal pronunciado. Las apreciaciones de Camba no son hijas de las convicciones de su tiempo. Es decir no hay que ponerlas pudorosamente en su contexto. Son palabras necesarias hoy, en este ambiente intelectual y políticamente envilecido. Por cierto: en este orden. Porque la sonrojante resolución del parlamento es el resultado de la aplicación intelectual en el establecimiento y fortificación de paradigmas irracionales. Para poner uno: esa consideración, tan jaleada, de que el bilingüismo es una riqueza. ¡Riqueza! El bilingüismo será una condición con la que una comunidad haya de lidiar. Un dato inexorable de lo real, como los treinta y cinco bajo cero de Finlandia. Es decir, algo que llevar con resignación y tratando de limitar sus efectos. La proliferación lingüística no es una riqueza ni un patrimonio de la Humanidad: es un inconveniente humano y un obstáculo del progreso. Las rivalidades entre Villanueva de Arriba y Villanueva de Abajo (sustancia de esta polémica tan poco gallega) y cualquier otra forma de caciquismo sentimental son, asimismo, una rémora de la socialización. No sucede en todas partes".

veamos:

"gallego castellano mal pronunciado". Una de esas falacias que denotan dos cosas. Nulo conocimiento filológico. Es como decir que el "castellano es un latín mal pronunciado". Una estupidez mental. A. lo escribe lo cual no quiere decir que lo piense.

"Las apreciaciones de Camba no son hijas de las convicciones de su tiempo". Claro, Camba, como Arcadi es escritor infalible, atemporal y, como A. por encima del bien y del mal. Nadie es hijo de su tiempo. No sé porqué todo dios tiene un puto móvil en el bolsillo y constantemente renegamos del para acabar apuntándonos al Facebook y después negarlo en el bar con los amigos. Yo no quería pero...

"Son palabras necesarias hoy, en este ambiente intelectual y políticamente envilecido". Él, por supuesto, como fundador de Ciutadáns (o como se escriba), es decir, político en su caso, no envilecido, no ha contribuido nada a joder el ambiente intelectual.
"Para poner uno: esa consideración, tan jaleada, de que el bilingüismo es una riqueza. ¡Riqueza! El bilingüismo será una condición con la que una comunidad haya de lidiar. Un dato inexorable de lo real, como los treinta y cinco bajo cero de Finlandia. Es decir, algo que llevar con resignación y tratando de limitar sus efectos. La proliferación lingüística no es una riqueza ni un patrimonio de la Humanidad: es un inconveniente humano y un obstáculo del progreso".

El debate lingüístico da dado para una larga, casi infinita, lista de estupideces, la última se la debemos al inefable conselleiro Vázquez en contradecreto del gallego: matemáticas en castellano y sociales en gallego, "como es tradición". TRADICIÓN. Con dos cojones. Nadie piensa decir nada? Tradición es cortarle el clítorix en el islam fundamentalista a las mujeres. A ver quien con dos dedos de frente puede defender una tradición semejante. Coño, lo que he escrito. Me va a pasar como a Mosterín que dicen que dijo lo que no dijo en realidad pero que más da, hablaba de tradición. Para dejarlo claro, no comparo nada con nada, sólo digo que a ambas cosas se les llama tradición. Al menos para Vázquez dar matemáticas en español es una tradición. Y yo con César Mosquera de profesor y la lagarto. En tres años de instituto, exento de gallego, y recibiendo mates en gallego. Cuán corrupto me he vuelto, ahora lo entiendo todo.
Pero lo último era eso de que lo de poseer más de una lengua es una tara. Como la de ser disléxico. Y la gente dejándose pasta a raudales para aprender inglés, francés, italiano, árabe o chino. Si ser bilingüe no es una riqueza, ya lo dice A, por otra parte y supongo, bilingüe, como mínimo español catalán o castellano/francés malhablado. Ya no sé. Me parece perfecto que cada uno defienda sus posiciones. Sin que se le monten pollos en ningún lado. Coño, que de ahí a decir estupideces... y encima gratis...

Después, A. mira a EEUU y convierte un caso particular en casuística general precisamente en el país de la tierra donde tienen obsesión por pillarsela con papel de fumar en todo momento. Y uno, de A. ya no sabe qué esperar. Pero no hemos de desfayecer. Sigan atentos a sus pantallas, que era tradición decir en la tele de los sesenta.

coda: ya sé que la foto está repetida. Pero a que es buena.

jueves, 11 de marzo de 2010

cuando mi madre paró al Papa

Yo una vez vi al Papa. A este no, al otro. No es coña. Tampoco fue por televisión, que por la tele lo tengo visto más de una vez, a este y al otro. La que recuerdo con mayor cariño fue cuando yo estaba en Ámsterdam y él (el otro) en Madrid, creo. Ahora que lo pienso puede que ni estuviera Madrid ni fuera por televisión. Qué quieren que les diga, uno no va a Amsterdam precisamente a ver al Papa por televisión aunque allí estaba yo, en Amsterdam, haciendome un peta, y el Papa en la tele. No salía de mi asombro al ver las hordas de jóvenes de blanco puro saludando al Santo Padre y portando pancartas que a mí, pueden decir que era preso de la marihuana, versión Santa María, (no es coña), me parecían más propias de una concentración a favor del amor libre en toda su plenitud que de la concordia beata cristiana. Pero allí estaba él y yo en un cochambroso sofá en el barrio turco de Ámsterdam con Pete imaginándonos las posibilidades que se abrirían para pillar en una concentración semejante de niñas monas y de buena familia. Lo que llamo yo un campo de minas lleno de morbo.

El caso es que la vez que vi al Papa, a este no, al otro, fue el 14 de junio de 1993 cuando se le dio por visitar Huelva y los lugares desde donde partió Colón para descubrir América. Es probable que incluso no lo viera más que de refilón o que sólo viera la silueta del Papamóvil porque la verdad ese días llevávamos un poco de prisa y como que no había mucho tiempo para paradas y besamanos. Nosotros vivíamos en Mazagón, al lado de la playa y a unos veinte kilómetros de la capital. En pleno triángulo Palos, Moguer, Huelva, foco de la visita papal. Mi hermano Sergio que siempre tuvo el don de la oportunidad para enfermar en el momento más inoportuno, que cuando era crío, era casi siempre se le ocurrió aquel día darle su particular bienvenida al pater con cuarenta de fiebre. Y no veas como se puso. Quiero decir mi madre que se pone hecha un basilisco aún hoy cuando nos oye estornudar, imagínate tu cuando el pequeño de la casa se levanta con cuarenta de fiebre y sudores fríos.

Vístete que nos vamos al hospital con el niño, me dijo. A medida que me ponía los pantalones escuchaba a mi madre hablar con la vecina y que esta le decía Mari que va a estar todo cortado no ves que está el Papa. Ni Papa ni la Virgen María le contestó mi madre a la vecina, fiel devota de la virgen del Rocío como todas las onubenses. En ese momento comprendí que se mascaba la tragedia.

En aquel tiempo no había móviles. Cuando escribo esto, en aquel tiempo no habñia móviles, parece que hablo así como del paleolítico pero es cierto. Hubo un timpo, no muy lejano, en el que no teníamos móviles. De hecho, creo que en la casa de alquiler donde vivíamos no había ni línea fija. Eso vino después cuando los abuelos empezaron a enfermar.

Y así, como quien no quiere la cosa allí estaba yo, en el asiento de atrás del 405 de mi padre camino del Hospital con mi madre conduciendo a toda hostia saltándose adelantando a las carrozas de fieles que se dirijían a ver al representante del jefe en la tierra. Y mi madre diciendo, cómo está el niño, bien, bien y ella llegamos llegamos cariño.

Alto, la guardia civil. Mi madre que frena en seco. Baja la ventanilla y el picoleto suelta, inconsciente, porque no conoce a mimadre con el crío enfermo: Señora, no puede continuar que llega la comitiva papal. Y para acabar de rematar su jugada dice, lleno de razón: Es que no ha visto las noticias? De lo que pasó después reuerdo dos cosas. Al guardia recogiendo el tricornio del suelo (de aquella todavía llevaban tricornio como dios manda), no porque mi madre e hubiera puesto violenta, sino porque los gritos de mi santa se convirtieron en una especie de fuerza centrífuga que, para mi, hoy utilizan en los túneles del viento para perfilar los F-1.
Por mi como si viene en procesión el santoral entero, el presidente del Gobierno y maría santísima montada en burra. Por mis narices que paso o no ve usted como está el niño con cuarenta de fiebre, o es que nos hemos vuelto locos todos!!!!!!! y bla, bla, bla.

Toda la escena pasó ante mis ojos con una rapidez extrema que solo pude desentrañar horas después de vuelta en casa mientras mi madre, con el crío en brazos, miraba en la tele las noticias de la visita del Papa a Huelva y, por lo bajo, repetía, el papa, el papa...

Después de eso vi al Papa. O una esquina del Papamóvil. Ya que delante nuestra se colocaron dos motos de la Guardia Civil con las sirenas puestas abriendo paso al 405 en el que íbamos nosotros. Yo me levante en el asiento de atrás para ver a toda la peña concentrada en los laterales de la carretera agitando banderitas españolas y pancartas de amor y gloria un tanto estúpias. Po un momento no me sentí como en Papa pero si como dios. Fue al ver como en uno de los cruces que daba a la carretera por donde íbamos nosotros se habían detenido a esperar que pasáramos otras motos un par de coches negros y, detrás, la nevera en la que iba el Papa, saludando.

Lo único que aprendí aquella vez son dos cosas: Mejor no conincidir con el Papa en la misma ciudad. El Papa le va a tocar los cojones a mi madre.
Todo sea por un colega

miércoles, 10 de marzo de 2010

de cando en vez, cando mo piden, aínda xogo a ser xornalista.


foto: F. Arrizado

Touriño, á súa maneira

Finalmente Emilio Pérez Touriño deixou o seu escano no Parlamento galego. Unha decisión que non por agardada ocasionou menor sorpresa. Mesmo entre os seus compañeiros de grupo, que se decataron da mesma esta mesma mañá. Sabedores, todos, da incomodidade coa que conviven os ex presidentes unha vez abandonado o poder, moitos agardaban pero non deixaban de preguntar cando sucedería. Tanto agardaron desde que presentara a súa dimisión como secretario xeral do PSdeG tras o 1-M, que xa case que o tiñan esquecido. A fin de contas, Touriño non era, nos últimos meses, máis que unha flor máis no Parlamento. Estaba pero non. Non molestaba pero, como pasa coas flores vellas, creaba desconfianza entre os que arelan a chegada das novas. Touriño dixo adeus fiel ó seu estilo. Respectando os tempos como lle gustaba dicir (e facer) na súa época de máximo mandatario galego. Costume que tanto desesperou a algúns compañeiros de partido e á que acabou por xogar todo. Aquela derrota do 1 de marzo supuxo a saída dunha opción progresista da Xunta de Galicia e a súa sentenza política. Non son segredo as súas diferenzas con José Blanco. Co home forte do PSOE xogou unha partida, a do tempo, confiado en que o electorado estaba por agardar. Pero non. Touriño levaba as cartas perdedoras. Na propia carne certificou a fin do milagre ZP e mesmo cargou coa crise que viría despois.

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lunes, 8 de marzo de 2010

con sombrero y a lo loco



Para qué lo vamos a negar. Soy hombre de muchos y variados vicios. Algunos, incluso, inconfesables, que suelen ser los mejores. Lo que nunca esperaría en treinta años de vida desperdiciada por el lado oscuro es acabar reconociendo que entre las drogas a las que me estoy haciedo adicto es a César Vidal. Hombre ilustrado es don César orgulloso judío, mejor español, gran neocon, qué digo neocón, que los de la Asociación Nacional de Rifle son unos pichas frías a su lado y productivo escritor, una de esas personas imprescindibles, tanto que, como Arzalluz en su día, si no existiera habría que inventarlo. Don César es uno de esos intelctuales de su tiempo, que es todo, que lo mismo dicta clases magistrales de Historia de España para Inmigrantes, Nuevos Españoles y Víctimas de la LOGSE, que habla cinco idiomas, que se dice cinéfilo y experto en lo que sea además de abjurar de las posibilidades de la educación pública. Su lema, confesado en una tertulia televisiva al lado de Maria Teresa Campos, es que si no te la puedes pagar, a poner ladrillos. Por eso para las clases que no han podido pagársela, nos deja ya unos sesenta libros si no he contado mal. Ante tamaña producción no sabe uno si cortarse las venas por lo limitado de su propia escritura o comprarse un negro vía contrato con derecho de pernada incluido.

Es llegar a la sección de libros del Alcampo y me sorprendo jugando a buscar sus libros. He contado hasta diez, la mitad de ellos sobre historia de la gran Nación Española y la Gloriosa Lucha de los Españoles de Bien contra el terrible régimen republicano. Me pregunto qué ocurriría con don César si en lugar de ser un negacionista español, fuese un negacionista alemán.

Pero hace días que me tienta. Aunque unir tentación y César Vidal en la misma frase es jugar con fuego. Sobre todo desde que hace unos días se puso a divagar con José Alejandro Vara, ex director de La Razón, sobre el tamaño de los penes de los hombres de izquierdas, con una conclusión más que evidente. Cinco idiomas y varias carreras para juntarse con los amigos y proponer lo que Tati, hace años, cuando se mamaba los jueves en Santiago y llegaba al piso de San Pedro de Mezonzo: "Agora que somos colegas, choquemo-las pirolas".

El problema ha sido descubrir que compartimos afición. Todo lo que tenga que ver con el Sur de EEUU, sobre todo música y batallitas. Me tenía por un dixie red neck de puta madre, que hasta a Di le da verguenza, hasta que descubrí el libro Camino del Sur (van dos). Autor, César Vidal. Dos formatos con cd incluido. Están allí en una de las estanterías del Alcampo. Me mira, don César, con sombrero vaquero, que es para verlo y acabo con él en las manos y dos bichos sobre los hombros. Cómpralo, joder qué más da, dice uno. Ni se te ocurra darle un duro al tipo este, dice el otro. Y para acabar de joderlo, un domingo por la tarde, va y descubro esto. Por lo menos aquí es gratis.

jueves, 4 de marzo de 2010

veo muertos


A veces me pasa como a ese crío de cara rara. En ocasiones veo muertos. Generalmente sucede cuando estoy más para allá que para acá, es decir, en medio cabalgando el REM (pronunciese ER-I-EM, pausado, sílaba a sílaba. Una vez dije rem en EEUU y los yankees con los que estaba hablando del grupo de Stipes se descojonaron en mi cara) y manteniendo una dura lucha con mis propios sentidos que se hacen lo que se dice la picha un lío. Sueño pero soy consciente de que aún estoy despierto, quiero mover las piernas, salir por patas de la cama ya que tengo la sensación de que esta cae en el vacío, pero nada, allí sigo, entre las sábanas. Este tipo de cosas me acojona. Me da por pensar en si va a ser cierto eso de los moradores nocturnos que le escuché una vez a Iker Jiménez y ya no pegué ojo en toda la noche. Una putada. Una vez soñé con muertos. A decir verdad con uno pero ya me llegó. Estaba en el hall del piso de Pontevedra y me miré al espejo y ahí estaba la cara de Jesucristo con corona de espinas y todo. No recuerdo si me dijo algo o no porque me desperté alademecagoen, y ya. Supongo que me quedé sin revelación y de ahí que mi fe religiosa siga brillando por su ausencia. Como castigo, aún hoy me acojonanmirarme al espejo. No es que espere que el nazareno vaya a salir para decirme qué pasa pero más vale prevenir.

El martes me llegó el insomnio a eso de las seis y pico de la mañana. Cuando eso me ocurre suelo pasarme una hora dando vueltas sobre la cama. Despierto, funcionando como un reloj pero conteniéndome las ganas de saltar de la cama para empezar el día. Soy de los que creo que levantarse antes de las diez de la mañana debería estar penado por ley. En esos casos, después de la tercera vuelta suelo iniciar un viaje por el dial de la radio que me sirve de despertador. Y con la radio a esas horas de la mañana me pasa algo parecido que al despertar con una tremenda resaca de gin tonic consumidos la noche anterior en el Atlántico. Siempre digo que esta será la última. Ni de coña. No aprendo y la aguja de la radio siempre se para al escuchar a Losantos graznar desde el otro lado, su púlpito a medida, ahora bajo el nombre de esRadio. Como un muerto resucitado, el viejo Losantos sigue con sus homilías en las que de cada cuatro palabras tres son constitutivas de delito. Esta vez, y van novecientas o así, el objetivo es Rub Al Kaaba quien el lunes defendió las últimas detenciones de etarras y ele enésimo descabezamiento de la banda armada. Un hecho este que para Losantos estaba bien, vamos, pero que el problema es que a los patriontas debería de acompañarlos al paredón el ministro del Interior español, y así durante largos quince minutos mientras era jaleado por el cuarteto de colaboradores chupamingas del que Losantos se hace acompañar al micrófono. No sé para qué, espero que no les pague, porque total solo habla él.

Es alucinante escuchar a Losantos y la manera que tiene de enlazar discursos. De ZP ya no habla, simplemente lo ignora pues da por supuesto que no tiene la autoridad moral ni intelectual suficiente para que él, hombre de micrófonos sagrados, manche su verborrea dirijiéndose al presidente. Españoles, Gallardón ha muerto y de Mariano mejor ni hablar. Espe anda torera y se nota que le pone cachondo. Losantos sólo trata a Doña Esperanza, síntoma ineludible de que lo suyo es más que una relación húmeda. Y ahora la ha tomado con Willy Toledo, al que entre todos han convertido en líder social y ahora, los mismos, lo han trucado en saco de boxeo. Toledo, ve muertos en todas partes y por eso tiene problemas a la hora de hacer diferencias y acaba mezclano churras con merinas. La farándula es lo que tiene. El pecado original de Toledo es haber soltado, en no pocas ocasiones, estupideces variadas pero que la onda mediáica soportaba. El No a la Guerra fue su bautizo de fuego. También estaba bien hablar de Marruecos, pero cuando lo hace de Cuba... Lo de Toledo es simplemente una estupidez, al mismo nivel que la de Rosa Díez. En el caso de la de rosa fuscia, como se ve, la estupidez es reincidente. No habría que darle mayor importancia aplicano la regla esa de que las cosas hay que tomarlas de quien vienen, como cuando Espada se viste con el traje de infalibilidad papal, que suelen ser las más de las veces, por otro lado, y se hace insufrible. Y punto. A mi me pasa con Federico, pero este tiene un punto cómico del que el superperiodista de la Pompeu Frabra carece. El problema es que cuando lo escucho, la resaca que me deja me jode todo el día. Y a veces la arrastro hasta el jueves en la cola del paro. Pero esa es otra historia.