martes, 19 de octubre de 2010

reescritura publicada

Copperfield en Compostela

Tampouco podo dicir que teña moita experiencia, pero si suficiente. Dous anos de legal e outros catro de negro, varios deles cun delegado que me dixo “mellor si non apareces pola redacción non vaia ser” fan seis con algún que outro intermedio escribindo columnas desde a outra beira do Atlántico.


O daquel delegado tampouco foi moi grave. A fin de contas estaba máis interesado nos seus plans de fin de semana que no traballo diario da redacción. Como non debía estar na redacción non fora ser, dado que era algo así como un corresponsal polas estradas da Galicia profunda, prometeume un portátil que nunca chegou e armoume cunha cámara fotorgráfica compacta. Fun o seu ensaio do que agora chaman xornalista total cando o que queren dicir é total, a secas. Vendo o que chegaba pasei da súa advertencia e escribía na redacción como un ilegal vende CDs piratas na rúa Carretas de Madrid, agardando unha inspección de Traballo que, por suposto, nunca chegou. Un día achegouse á miña mesa e preguntoume se ía precisar da cámara o seguinte fin de semana. Contesteille que non seguro das miñas dotes adivinatorias para a noticia. Quería a cámara prestada para unha regata que tiña aquel fin de semana. Nunca máis a vin, é probable que caera pola borda do iate na ría de Vigo. A aquel delegado premiárono coa dirección dun gratuito dos que xa non existen e eu perdinlle a pista. (...)

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miércoles, 13 de octubre de 2010

aquellos maravillosos años


A mi, la verdad, que se junten una cabra y unos cuantos becerros para desfilar y dar el cante en Madrid me da un poco bastante igual. Pero que deje instantaneas tan entrañables hace que hasta uno eche de menos haber hecho la mili. Aunque solo fuera por el costo. Estaría bien rastrear la identidad del abuelo, más que nada, para preguntarle si es el mismisimo Mariano Cañas, Coronel de Infantería, Tercer Tercio, al que alude el famoso ex Grapo, Pío Moa, en su blog. En él, el ahora historiador, transcribe una carta del susodicho a la ministra de Defensa, Carme Chacón, "enviada a la prensa" con párrafos que son dignos de mención: "Está usted constantemente ofendiendo a las Fuerzas Armadas, prohibiendo honores que han sido tradicionales en Toledo, que tenían a gala los cadetes escoltar el Santísimo en la procesión del Corpus, ofendiendo y ocultando a los que solamente en un bando fueron héroes como es el caso del General Moscardó, la que, según se dice quiere prohibier la Salve Marinera, la que quiere que los Legionarios no hagan honores al Cristo de la Buena Muerte. Si en mis tiempos de oficials de la Legión, se atreviera alguien a insinuar cosas semejantes TODOS los oficiales legionarios y jefes que ostentaban la medalla militar individual, le hubiéramos cruzado la cara con fustas, porque con la mano hubiera sido un deshonor el hacerlo".
Jesús, cómo está el patio del cuartel. Personalmente prefiero a los temibles Tea Parties americanos y sus obsesiones con las pajas.

el espectáculo y qué


Venga, por si fuera poco la que está cayendo, vamos a fustigarnos un poco. Hoy han comenzado a emerger a la superficie los primeros de los 33 mineros que llevan atrapados desde hace 68 días en un pozo de la mina chilena San José. Desde aquel 5 de agosto en el que el la tierra volvió a su sitio sepultando a esos treinta y tres trabajadores hemos visto ya de todo. Hasta a una corresponsal de Al Jazeera hacer una conexión en directo desde el interior del supositorio que está sirviendo para rescatar a unas víctimas que son definidas como héroes, pese a que lo único que han hecho hasta el momento ha sido lo que se espera de cualquier organismo en peligro: sobrevivir. Resulta que todo el operativo se ha convertido, dicen, en un espectáculo. Arrecian las críticas hacia los medios de comunicación por la cobertura que están haciendo en el mundo entero de un suceso al que se han desplazado la friolera de 1.500 periodistas.
Sí, es un espectáculo. Y lo es porque la televisión es espectáculo. La televisión hace tiempo que dejó de ser periodismo, justo en el momento en que comenzó a preocuparse más por los índices de audiencia que por la audiencia misma. No se equivoquen, la audiencia es solo un medio para llegar a un fin, los anunciantes. Dejó de ser periodismo en el momento en que consagramos la figura del reportero estrella, ya fuera cámara en mano o 21 días a base de porros para demostrarnos que fumar cannabis coloca. Dejó de ser periodismo en el momento en que nos cuenta el qué pero no da ni rastro del por qué.
Que el rescate de San José haya puesto de manifiesto, una vez más, las miserias de un oficio en extinción, no es nada nuevo. Ya se han hecho películas sobre el tema. Hasta en blanco y negro. En 1951 Billy Wilder hizo de Kirk Douglas el protagonista de El gran carnaval (Ace in the hole) en una suerte de adelanto de lo que hoy es San José. El periodista Douglas enviado a un desastre minero acaba por acordar los tiempos del rescate con el sheriff local. El periodista Douglas ya se olía el filón que hace que, desde hace horas, medio mundo esté pendiente de los 33 de San José.
Preguntarse si es o no un espectáculo es una pérdida de tiempo. Lo es. De hecho, espero, no sé, a Ana Rosa (con las gafas puestas, como demostrando su inteligencia) haciendo un programa en direco desde tierras chilenas, tal y como Piqueras se desplazó a Haití detrás de la noticia. Preguntarse también si los políticos van a aprovecharse del rescate apareciendo delante de las cámaras dando la impresión de que, desde el día del derrumbe, no han pensado en otra cosa más que en los mineros, es inutil. Son políticos y de rentabilizar cualquier cosa es de lo que viven aunque para ello tengan que apagar incendios como quien riega las macetas.
Ahora bien, no me importa que sea espectáculo. Me importa que, por ejemplo, Mario Sepúlveda, el segundo de los mineros en salir del supositorio pueda enfrentarse a la cámara espectáculo para decir: "lo único que les pido es que no me traten como artista ni como periodista, quiero seguir siendo el de siempre", aunque el de siempre se haya hecho ya un hueco en los medios como el tipo simpático ante la adversidad. Y quizás, para esto, ha sido necesario el espectáculo. Qué no darían todos los mineros (ponga aquí la profesión maltratada y olvidada que prefiera) del mundo por tener esos 68 días de espectáculo si con ellos consiguiera que se hablase, aunque solo sea un poco de sus penas.
La pregunta es qué sería de los mineros de San José si no fuera por el espectáculo. La pregunta es si las familias del submarino Kursk no habrían deseado un circo semejante que, en su día, obligara a los políticos a poner toda la carne en el asador para salvar unas vidas humanas que, como todas para el poder, son reemplazables. Puede que si los medios decidieran obviar el espectáculo, entonces los políticos prefirieran dar carpetazo al asunto hace 68 días y ahorrarse un operativo más costoso, si cabe, en tiempos de una crisis absoluta y que probablemente ha supuesto una cantidad infinitamente superior a cualquier plan de seguridad llevado a cabo jamás en el sector. Por desgracia, en países como China o Irán no hay el espectáculo que hoy criticamos en Chile. En demasiadas ocasiones, sus autoridades se ocupan de ahorrarnoslo.

jueves, 7 de octubre de 2010

el Nobel Varguitas


Tampoco es que lo haya leído todo. Aún soy joven y el tiempo vuela, sobre todo, cuando no tienes mucho que hacer, como es mi caso. Pero por una vez estoy con los suecos y estoy con Varguitas, un tipo de derechas como dios manda, excelente escritor y mejor playboy. Ello no quiere decir que los vecinos del norte hayan sido siempre infalibles y prueba de ello es echar un vistazo a la lista de los Nobel de Literatura. De Echegaray se acuerdan los que viven en su calle en Pontevedra, más que nada porque quieren seguir recibiendo cartas. Reto a cualquiera a que me diga quien era o que citen una obra del susodicho. Una pena que no quede nadie vivo de la Generación del 98, le podríamos preguntar qué opinaban de este gran ingeniero de puertos, caminos y canales. Luego llegó Jacinto Benavente que vete tú a saber si tenía o no intereses creados. Hubo que esperar a 1956 para que la cosa fuera en serio y la academia sueca reparó en Juan Ramón Jiménez. Mejor hubiera sido que pasaran de largo porque dos dias después murió su mujer y, dos años después, él mismo, dicen que de pena, dado que se trataba de un poeta me parece una muerte de lo más adecuado. En 1977 la lotería le tocó a Vicente Aleixandre, otro poeta que a mi, negado para el ripio, ni me va ni me viene. Este también llegó demasiado pronto, aun me faltarian años para leer. Hoy que los tengo tampoco es que Aleixendre ocupe un lugar destacado en mi estantería. Un año antes del Mundial de Italia 90, en el que la volvimos a cagar pese a que Michel empezó haciéndole tres a Corea para recorrer la banda al grito de ¡¡¡¡Me lo merezco, me lo merezco!!!!! y acabó pagando la eliminación, en octavos y contra Yugoslavia, cuando se aparto para evitar el balón en la falta que nos envió a casa, Cela consiguió lo que llevaba buscando desde que ejercía de censor del Franquismo. El autor del Pascual Duarte venía avisando con insistencia mucho tiempo atrás cada vez que tenía un micrófono delante o algún plumilla le echaba huevos a hacerle una entrevista a don Camilo. Un par (tres o cuatro) de novelas escandalosas en el buen sentido y dos hechos incontestables hacían presagiar que la medalla sueca era su destino: Escribía con la punta del capullo y era el único tipo sobre la faz de la tierra capaz de absover un litro de agua con el culo. Cualquiera de los dos méritos son merecedores del Nobel. Cela, que jamás escribió en gallego pero será siempre -mucho me temo- el Nobel de Galicia, ha sido el último de la lista de escritores nados en la Piel de toro. Por qué incluyo a Varguitas en esta lista. Puede que tenga que ver con que llevo todo el día escuchando en los medios españoles que se trata del escritor hispanoperuano, así que se me debe haber quedado. Antonio hubiera visto fantasmas coloniales en esto, coincidiendo además con el 200 aniversario de la Independencia, pero yo tampoco quiero ir más allá aunque dudo que en el Perú se acuerden de que el padre de Pantaleón mantiene una doble nacionalidad por obra y gracia de los acuerdos bilaterales. En todo caso, la lista de escritores en la lengua de Cervantes galardonados por los suecos la completan el guatemalteco Miguel Ángel Asturias (1967), los chilenos Gabriela Mistral (1945) y Pablo Neruda (1971), el colombiano Gabriel García Márquez (1982) y el mexicano Octavio Paz (1990). Desconozco el estado de sus pasaportes. Me alegro de que Varguitas se haya llevado el Nobel. En primer lugar porque es un (gran) escritor legible. Nunca agradeceré suficiente a los suecos que miraran para otro lado el día que pasó por allí un tal Borges. Antes de que comiencen a gritar, sí, no me gusta Borges. Y sí, es culpa mía, nadie es perfecto, no me gusta porque no lo entiendo, me parece un coñazo (esto no es una cualidad que te invalide para el Nobel, van la lista) y además tengo la manía de desconfiar de la gente que, a las primeras de cambio, va y suelta: mi escritor preferido es Borges. ¿Acaso te conozco de algo, guapa? Me alegro porque La ciudad y los perros, La guerra del fin del mundo y La fiesta del chivo son para que los demás dejemos de probar a juntar palabras. Y me alegro a pesar de Conversación en la catedral. No puedo evitar mi fijación con los coñazos. Pero sobre todo, Varguitas, me alegro porque por fin, de una santa vez, podrá sacudirse ese complejo de inferioridad que lleva arrastrando desde que Gabo le recomendó a su (segunda) santa esposa que mejor lo dejara. Un hecho que se saldó como se saldan las buenas afrentas de honor: con una buena hostia.

miércoles, 6 de octubre de 2010

el ex

A ver si ahora que lo dicen los yankis vamos a tener que creérnoslo. A vos sólo vos vale o que digan os de fóra, que diría mi abuela. Como buen ex aguardo que la amante despechada cuelgue sus fotos de la red, pero todo se andará.

lunes, 4 de octubre de 2010

renuncio

Tampoco se puede decir que tenga mucha experiencia. Dos años de legal y otros cuatro de negro con un delegado que me dijo que "mejor si no aparecía por la redacción no fuea a ser" hacen seis con algún que otro intermedio escribiendo columnas desde el otro lado del charco. Lo de aquel delegado tampoco fue muy grave. A fin de cuentas estaba más interesado en sus planes de fin de semana que en el trabajo diario de la redacción. Ya que no podía estar en la redacción puesto que era algo así como una especie de corresponsal por las carreteras de la Galicia profunda me prometió un portátil que nunca llegó y me armó con una cámara fotográfica compacta. Fui su ensayo de lo que ahora llaman el periodista total cuando lo que quieren decir es el total, a secas. Viendo lo que se avecinaba pasé de su advertencia y escribía en la redacción como un ilegal vende cds piratas en la calle carretas de Madrid. Un día se acercó a mi mesa y me preguntó si iba a necesitar la cámara el fin de semana. Le contesté que no seguro de mis dotes adivinatorias para la noticia. Me dijo si se la podía prestar que tenía una regata ese fin de semana. No la vi más, es probable que se le cayera por la borda del yate en la ría de Vigo. Aquel delegado era un grande al que premiaron con la dirección de un gratuito de esos que ahora ya no existen. Le he perdido la pista.

Va a hacer un año lejos de la prensa y cada vez que lo pienso es la prensa la que se aleja cada vez más de mí. Al principio intentaba seguir los periódicos. Luego ya no. Me bastaba con Internet y la radio. La información impresa ha muerto, pensé. Hay domingos que hasta me cuesta acercarme hasta la gasolinera para comprar el periódico. Nada nuevo bajo el sol tras un par de tostadas y sus equivalentes cafés. Mucho se discute sobre el futuro de la prensa en lugar de discutir sobre el futuro propiamente dicho. Supongo que es la fuente del problema al que se enfrentan la gran mayoría de periódicos ensimismados en un mundo que son incapaces de ver más allá de la puerta de sus sedes centrales.

La mía tampoco es mucha experiencia y algo me dice que hasta ahí llegamos. En esos años sólo he sido censurado en dos ocasiones. La tercera me despidieron y ni siquiera había comenzado a escribir. La primera era becario, alguien me llamó para denunciar una presa ilegal en el Concello de Meis. El propósito de la presa era acumular truchas en poco espacio en una especie de revival franquista sin campanu para mayor disfrute de un club de amigos. Se lo comenté a mi jefe y me dijo que tenía que hacer una llamada. Al cabo de unos minutos me llamó a su pecera y dijo olvídate del tema, viene de arriba. Luego me enteré de que arriba estaban precisamente algunos de los que utilizaban el lugar los fines de semana.

La segunda fue en las columnas que escribí durante un año y poco en la contra del GH. Fue después de la encerrona que Carlos Luis le hizo a otro Carlos, Callón, en el no hay debate de la telegaita, que ya anunciaba lo que estaba por llegar. Se me ocurrió pensar que era más o menos libre, a fin de cuentas, ya lo habñia comprobado en otros textos donde tecleaba al filo, pero no. Con Carlos Luis hemos tocado. De arriba el mismo tipo que ni me dijo adiós cuando me despidieron llamó a M. para decir que de Carlos Luis ni hablar que para eso era "un compañero". No quedó otro remedio que tragar aunque no pude evitar qué clase de compañero era uno al que nunca había visto por el periódico. Obviamente, se trataba de un compañero de cobro ya que estaba y creo que está a sueldo del Preguntoiro pese a que ni está ni se le espera. No guardo aquella columna, una lástima.

La tercera y última vez que fui censurado, como dije, ya no me dio tiempo a escribir nada. Me pusieron de patitas en la calle junto a D.D. Por hablar. No pasa nada. Lo que me jode es que con la que está cayendo haya gente detro de ese agujero que se permite el lujo de mentir y encima ponerme por gilipollas. A mí, al meapilas 1.