jueves, 28 de enero de 2010

factual descabezado


Por lo que se ve Internet sigue siendo la tumba de la prensa en este país. Hace meses que cayó Soitu.es, un medio bastante interesante que nacía con el pecado original tatuado a la espalda. Estar financiado por una entidad bancaria y, de repente, la crisis y a tomar por el culo todos. Colaboradores incluidos. ADN prometía, pero la marcha de Juan Varela, alma mater y director lo ha dejado compuesto y sin novio. Uno mas en el proceloso universo de la red. Más de lo mismo. Apareció Factual con su bonito lema por montera: "el periodismo se compra, no se vende". Toda una declaración de intenciones refrendada por un contrato que más o menos prometía traer luz a la oscuridad de los medios web. Hecho y no opiniones, más o menos. Y lo hacía de la mano de Arcadi Espada, una de las firmas con más tirón de este país, al frente del batallón. Un proyecto personal, se dijo. Arcadi ha dimitido hoy. Y las razones las da el mismo en su carta de despedida, que tiene una contestación por parte de la redacción.

Su propuesta era arriesgada, la de dar información a través de un medio digital y con un sistema de prepago, como el de los teléfonos de tarjeta. Puede ser discutible su utilidad, pero no su novedad. Hasta ahí bien. El problema viene ahora cuando el patrón, omnipresente, deja el barco.
Nunca he entendido el fenómeno Arcadi y mucho menos su método científico para hacer periodismo defendido en los volúmenes de Diarios (Espasa). Mi problema, único y personal, es que del dicho al hecho va un trecho.

Él, Arcadi, el hipertocapelotas con la objetividad periodística, su sacrosanto respeto por los hechos, su elitismo periodístico y demás conjugaba poco con algunas de las decisiones tomadas. Se pasó media vida poniendo a parir el periodismo-vomitona de Pedro J. con el 11-M y no tuvo reparos en convertirse en una de sus firmas estrellas, cuando la línea editorial de El País dejó de gustarle. Que conste que no me parece mal, todos tenemos que comer.

Lo que no veo yo tan bien es cómo conjugar su método factual, hechos, hechos, hechos y no opiniones con lo de seguir ejerciendo de periodista cuando sus vínculos y simpatías con Ciutadans, un partido político, son conocidos. Además, precisamente del entorno de este partido político nacía Factual.

No seré yo quien diga que lo publicado por ejemplo en El Socialista no tuviera que ser cogido on papel de fumar, pero bueno, como decía el otro, a los hechos me remito. Mezclar partido y periodismo no suele cuadrar bien.

Por lo demás, la pregunta sigue en el aire. Qué ocurre en España para que experimentos como The Huffington Post, The Daily Beast o Político, tan influyentes y solventes en el mercado de EEUU no sean posibles aquí. De EEUU siempre me ha llamado la atención su cultura de subscripción a medios escritos. De ahí que los precios de las revistas sean en kioscos cuasi prohibitivos y casi todo el mundo (por lo menos la gente que conozco) recibe en casa periódicamente publicaciónes vía correo ordinario.

Pasa como con las revistas. De EEUU siempre me ha llamado la atención su cultura de subscripción a medios escritos. De ahí que los precios de las revistas sean en kioscos cuasi prohibitivos y casi todo el mundo (por lo menos la gente que conozco) recibe en casa periódicamente publicaciónes vía correo ordinario. No hai nada que se parezca a esto, ni mucho menos a esto, aquí. Puede que la aparecida Frontera D esté intentando algo parecido. Veremos.



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