
Sigo en paro. Lo cual, en mi caso, está a punto de pasar de ser un estado a una condición. Hace un mes me enviaron una carta del Servizo Galego de Colocación conminándome a reunirme con una orientadora laboral, así le llamaban en la carta. La cita era en una supuesta Fundación Laboral da Construcción que, tal como está el sector me sonó a un cáritas para currelas, pero no, es más bien una escuela de futuros paletas. Como queda a cinco minutos de casa de mis padres pues tampoco me costaba mucho ir. La cita fue el lunes pasado. Y fue espectacular.
Allí me planté a la una de la tarde bajo un sol de justicia. En la puerta, los futuros paletas echándose un pitillo. Total, conforme está el negocio, más vale tomarse las clases de hormigón armado con tranquilidad. En un despacho me esperaba una mujer en cuya actitud se adivinaba resignación y amabilidad a partes iguales.
A ver... eres licenciado en Xornalismo...
Y en filoloxía, dije, También tengo un máster cursado en EEUU.
Ah... vaya pues aquí no aparece... Pues, lamentablemente, poco puedo hacer por tí. Es que veo tu perifil y claro....(Largo silencio). Es que los cursos, claro... carpintero, ebanista. Bueno... te interesa el diseño de páginas web?
Si hay que diseñar, se diseña.
Claro... pero es que el curso ya empezó. En fin... que no creo que pueda ayudarte mucho. La verdad es que no sé por qué te han mandado aquí.
La derrota estaba consumada con esta frase y debo reconocer que acabé sintiendo lástima por la señora.
Bueno, esa pregunta también me la hice yo pero..., dije así, a porta gayola, total, de perdidos al río.
Me imagino, asintió ella. Oye, volvía la carga. Y no te has planteado lo de trabajar en el extranjero? Lo digo porque no creo que tengas problemas on el inglés.
Emigrar, dice.
Bueno... no... o sea, sí, seguir aprendiendo, fromándote.
Tengo 31.
Bueno es que yo soy de las que piensan que las cosas van a ir mucho a peor todavía y el extranjero es la mejor opción para casos como el tuyo. ¿Clínico? pensé. Mira consulta esta página web y aquí tienes el teléfono de una orientadora. A ver que te dice.
Vale. Algo más?
No, lamento no haber podido ayudarte. Toma este papel. Por si te lo piden en el INEM.
No pasa nada. Adiós.
Me levanté y me fui. En la puerta seguían los aprendices de paleta. Supongo que esperando a que alguien se decida a hinchar de nuevo una burbuja que decían que no había y que al final acabó por explotar llenándolo todo de mierda.
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