miércoles, 15 de septiembre de 2010

rastas todos

Mientras un tipo bajito que se parece cada día más a un personaje de Hergé se dedica en Francia a emular los tiempos de otro tipo bajito (¿por qué siempre son bajitos los tipos obsesionados con la limpieza?) a base de llenar vuelos de bajo coste con gitanos llegados del este, en EEUU los que se reunieron ante una mesa para tomar el té y, de paso, recuperar el supuesto honor perdido del imperio están arrasando en las primarias que recorren el país antes de lo que ya se cree que será un noviembre negro para la Casa Blanca. La cosa parece seria, así que más vale dejar los chistes a un lado. La Europa de los ciudadanos va camino de la Arizona de los ciudadanos. Blancos.

Francia ha vuelto a demostrar que es un país admirable. El primero en poner a parir al amigo americano y el primero en cabrearse cuando le mentan la gradeur. N´est pas possible.

Aquí en casa, todo sigue igual, lo que es más o menos lo mismo que decir jodido pero bien, gracias. Nuestro propio tipo, incapaz de crear las condiciones para que vuelva a haber puestos de trabajo, repite cada vez que tiene un micro delante que los parados que siguen formándose están trabajando para el país. Ya que trabajan, puede pensar uno, por qué seguir pagándoles del paro. Tiempo al tiempo.

De tanto repetirlo, el argumentario ha tornado en efecto llamada. Puede, simplemente que la realidad sea la que se impone al fin y al cabo. Los formados ya no son el orgullo de unos políticos que masticaban, día sí día también, su ídem por la generación mejor formada de la historia de España. Vamos camino de la historia a secas. Tal ansia le ha entrado a las generaciones por formarse que el paro ya no es el único lugar con sobreocupación.


Por suerte, un señor con barba y que presume de gran sentido común y mejor retranca ha venido a echarle una mano al otro tipo, quién lo diría, y ha decidido irse a buscar el mechero que un día, no se sabe cuando, perdió en Melilla. Melique? se preguntan en ambas calles de Madrid, mientras en Mocloa temen que Marruecos nos vuelva a inundar las costas de simpapeles. Mejor no mentar a la bicha, mejor no cabrear al moro. Con lo que debe de estar costándole al vecino del norte librarse de los gitanos, imaginen si la maltrecha economía española tiene que empezar a hacer lo propio con los subsaharianos.

Como no hay trabajo el Gobierno paga másters y ya hay overbooking en la administración de la USC. El otro día, una de las funcionarias de la USC le preguntaba a un tipo en la UXA.

Eres universitario?
No, soy parado. Contestó sin inmutarse.

La chica alzó la voz y, temiéndose lo peor, preguntó al vuelo. Alguno más para máster? Con resignación, contó siete manos.

Entre las ideas más imaginativas para combatir la crisis, Felipe ha vuelto a demostrar su propio axioma, que los ex presidentes son como los jarrones chinos, muy bonitos pero nadie sabe qué hacer con ellos. Ha recordado al mundo lo positivo que tendría la legalizacción de las drogas para acabar con el narcotráfico internacional. A fin de cuentas, en catorce años de mandato, uno no tiene tiempo para todo.

Se le olvidó comentar la de caja que podrían hacer los Estados. Detalles.

Lo veo y a veces creo que estoy fumado.

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