lunes, 22 de febrero de 2010

la encuesta y dos

Debe ser cosa del tiempo. Que ahora precisamente es lo que me sobra y suelo gastarlo en casa. Pero ha sido quedarme en paro y ya van dos encuestas que tengo el gusto de contestar. La primera, a cargo de Sondaxe/La Voz hace unas semanas. Telefónica, rápida, idolora e incolora. Puras preguntas de rutina. Que si cuáles son los principales problemas de Galicia/España, que si qué opinión tengo del Gobierno en general y de la Xunta en particular, etc, etc. La segunda, la semana pasada a cargo del CIS. Esta, en la escalera de mi casa, hecha por una mujer que dijo, literalmete que llevaba "15 años haciendo encuestas a pie de calle", lo cual imaginé como un suplicio sin parangón, más parecido a un castigo que a un trabajo, y que un poco más y se queda a tomar café. Después de diez minutos contestando las mismas preguntas de la chica del teléfono de Sondaxe llegó la grande.

Se siente usted:

más gallego que español
más español que gallego
igual de gallego que de español
sólo gallego
sólo español
Ninguna de las anteriores

Después de esta, otras tantas estupideces en forma de pregunta hasta la gran traca final:
Alguna de estas preguntas le ha resultado incómoda? No. Simplemente estúpidas la mitad de ellas.

"Tienes razón la verdad, dijo la mujer, pero es que yo no sé quién narices hace estas preguntas. Los tíos en sus despachos, sin puta (sic) idea de lo que se cuece en la calle, yo que llevo quince años pateándomela... total para que luego salgan cocinadas".

Entrañable. Pero mejor fue la despedida.

"Es que mi hijo que tiene quince años quiere ser periodista pero me dice que no hay futuro en la profesión y yo no sé que decirle más que estudie lo que quiera y que dios proveerá. Y tú que eres periodista me puedes decir algo?"

Fue la única pregunta que no supe responder.

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